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miércoles, 30 de marzo de 2011

Curacion para el pie diabetico

 PIE DIABETICO: Curacion para el pie diabetico


Cuando no usa muletas su hijo la carga en brazos. Hace cuatro años le detectaron diabetes y desde entonces Nila Mero, de 60 años, no puede caminar.

“Me corté y la herida no se curó y me cortaron dos dedos del pie derecho. Ahora me cortaron dos más”, dice mientras mira el vendaje blanco alrededor de pie.

Para la Organización Mundial de la Salud, la diabetes se ha convertido en una pandemia. En 1975 afectaba a 75 millones de personas. Actualmente subió a 150 millones. Y para el 2025 podría llegar a 380 millones.

Este mal se caracteriza por la subida anormal de glucemia o azúcar en la sangre. Surge por la deficiencia del páncreas para secretar insulina, debido a la mala alimentación y el poco ejercicio.

En Ecuador, el 7% de la población tiene la enfermedad. Y aunque con un tratamiento adecuado se puede aprender a vivir con ella, sus consecuencias dejan secuelas. Lesiones en los ojos, riñones, nervios, vasos sanguíneos...

Pero la huella más severa, tanto sicológica como física, es la amputación. Estudios mundiales muestran que un millón de diabéticos son amputados al año.

María Vanegas, jefa de Endocrinología del hospital Luis Vernaza de Guayaquil, explica que la glucosa es el combustible del cuerpo. Una vez que entra al organismo, la insulina generada por el páncreas se encarga de llevarla a las células para dar energía. Pero cuando esto no ocurre, la glucosa se queda en la sangre.

Ese exceso de azúcar daña el interior de las arterias. Las deteriora, las tapona impidiendo el flujo normal de la sangre. “Para que una herida sane necesita que llegue sangre, que lleva oxígeno a los tejidos. Si esto no pasa, el tejido se pudre, se gangrena”.

El jueves, Juan Espinoza reposaba en la sala de Cirugía Vascular del Vernaza. Su pierna izquierda estaba levantada en la camilla. Ingresó por una herida en el meñique. “Hace cinco años me salió un grano y no se curaba. Ahí supe que era diabético”, cuenta mientras sostiene una cruz que guinda de su pecho.

Por falta de atención a tiempo, su nueva lesión terminó en una úlcera negra. Se gangrenó. Tras la valoración médica, los cirujanos le amputarán el dedo. Y para frenar la gangrena le harán una cirugía de revascularización.

El cirujano Francisco Cesa, jefe de Cirugía Vascular del hospital Vernaza, asegura que es posible salvar el pie diabético. La prevención es el primer tratamiento, pero cuando la infección está avanzada (en la mayoría de casos) se aplica una operación para destapar las arterias.



Para la evaluación se aplica la escala de Wagner, que clasifica en seis grados la severidad del daño. En el grado 0 están pacientes en riesgo. En el 1 y 2 quienes tienen úlceras superficiales. En el 3 los abscesos o infecciones. Y los tipos de gangrena local y extensa están en escalas 4 y 5.

Antes de llegar a los grados más críticos, el doctor Cesa explica que hay alertas para evitar una amputación. Si siente adormecimiento, si ha perdido la sensibilidad, si se reseca la piel o si las uñas se vuelven gruesas hay que buscar la ayuda médica.

El tratamiento del pie diabético incluye cuidados básicos y caminatas para la buena circulación. En caso de obstrucción, la revascularización es la opción.

Con el programa Osiris, un sistema computarizado, el equipo de Cirugía Vascular obtiene una visión tridimensional de las arterias. “Es una operación a la medida del paciente”, dice Cesa.

Con un angiotomógrafo se capta la imagen interna del sistema vascular. Ese es el mapa para detectar el área de taponamiento. Ya en el quirófano, un angiógrafo (Rayos X) proyecta la imagen real de las arterias. Tras un pequeño corte, se introducen un fino catéter en las arterias para abrir paso al flujo sanguíneo.

Hugo Siguenza ingresó con un problema de obstrucción arterial. El hombre de 80 años se cansaba rápidamente y le dolían las piernas. Después de la cirugía volvió a la normalidad.

Con un equipo doppler, para oír el flujo, el doctor Cesa constató la mejoría. Al deslizar una sonda sobre su pie, los latidos de las arterias se escucharon claramente por un parlante.

La revascularización cuesta USD 7 000. En el Vernaza el costo baja a USD 700 para pacientes de escasos recursos. Allí, cada semana hacen cuatro intervenciones de rescate de miembros.

El cirujano vascular Fabián de la Cadena dice que la falta de cuidados complica la condición del pie diabético, hasta llegar a la amputación. Se calcula que hay siete años entre la elevación paulatina de la glucemia y el diagnóstico definitivo de diabetes.

Ante el impacto de la amputación, el médico recalca que es primordial la rehabilitación, para su reinserción laboral y social.

Desde el 15 de enero, Olga García está hospitalizada en el mismo centro privado donde se atiende Nila Mero, en el centro de Guayaquil. Junto a su cama hay una silla de ruedas. A ella le amputaron los dedos del pie izquierdo. Pero su meta es volver a caminar y seguir en su trabajo.

Un  tratamiento  que frena la gangrena

El Heberprot-P es una medicina   que ha dado buenos resultados en el      pie diabético.   De origen cubano, el  producto biotecnológico se inyecta en el   área afectada para frenar la  gangrena.

En Ecuador, la farmacéutica pública Enfarma tramita su   adquisición.  Como antecedentes, Carlos Guerrero, gerente de la empresa, explica que según la OMS   unos 15 000 pacientes podrían ser   amputados en el país.

Previo a su aplicación,  Guerrero indica que se hacen  pruebas. Actualmente se    realiza  un estudio   con 40 pacientes.

“Se lo suministra directamente en el órgano afectado. Y de tres a cuatro semanas  está regenerado. El medicamento será parte de un programa  con el Ministerio de Salud Pública para su aplicación en hospitales”, comentó.

Por ahora el producto recibió el Registro Sanitario del Instituto Nacional de Higiene, según Guerrero. También se analiza su   valor en el mercado nacional. El proyecto incluirá la capacitación a los médicos del sistema de salud pública para su aplicación.

Su adquisición se finiquita con dos laboratorios cubanos. El Gerente de Enfarma explica que la compra se facilitará  gracias a los convenios de cooperación entre  Ecuador y Cuba en el 2002.

La fórmula inyectable del Heberprot-P contiene el Factor de Crecimiento Epidérmico Humano, un agente que estimula la formación de tejido útil.   Fue registrado en Cuba en el 2006. En  el 2007 se lo incluyó  en el cuadro básico de medicinas. 

En Cuba, 4 316 pacientes se han beneficiado.    En tres ensayos clínicos se comprobó la eficacia en la cicatrización de las llagas en más del 80% .

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