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jueves, 17 de marzo de 2011

AFRONTAR LA VIDA DESPUES DE UNA AMPUTACION

¿Cómo afrontar la vida después de una amputación?
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¿Cómo afrontar la vida después de una amputación?
Tras una amputación de una extremidad inferior pueden surgir una serie de problemas que no solamente afectan al paciente con diabetes, sino también a toda la familia. De acuerdo con varios estudios sobre la calidad de vida de las personas con diabetes y su familia, después de una amputación, han demostrado que existe una disminución de la función física, emocional y social.
 
Depresión
La depresión suele ser común después de haber pasado por una amputación de una extremidad inferior a causa de una ulceración gangrenada. Y es que muchas personas viven con el miedo de que se repita la infección y que haya una discapacidad de por vida. Y sobre este tema, también se ha demostrado que las personas con diabetes que, como resultado de una depresión, no acuden a sus revisiones habituales, corren un mayor riesgo de sufrir complicaciones, por lo que el apoyo psicológico es muy importante en las personas que se hayan sometido a una amputación.
 
Otro aspecto a tomar en cuenta, es que después de una amputación, el paciente suele necesitar calzado especial o prótesis. Estos accesorios hacen que la afección de la persona sea visible al público, a menudo causándole vergüenza, lo que influye negativamente sobre su calidad de vida.
 
Una amputación también puede traer factores positivos
Cuando se lleva a cabo una amputación, ésta se hace para acabar con un sufrimiento. La calidad de vida de las personas con diabetes puede mejorar cuando se cambia una ulceración crónica con infecciones recurrentes por un muñón bien curado.
 
Bajo estas condiciones, el paciente puede volver a caminar si utiliza un calzado adaptado o una prótesis. Tras lo que suele ser un extenso período sin poder salir de casa o interactuar socialmente, los pacientes podrían tener ánimos de rehacer sus vidas sin la carga de una herida crónica y debilitadora.
 
Factores de riesgo
En personas con diabetes que han sufrido la amputación de un miembro inferior, es posible identificar una serie de factores de riesgo de problemas del pie en el futuro. La mayoría de dichos factores se pueden identificar por medio del historial médico o de un examen médico detallado. La incidencia de ulceraciones, y con ello la posible necesidad de amputación, van directamente relacionadas con el número de factores de riesgo presentes.
 
A continuación se muestran los factores de riesgo asociados con futuros problemas del pie, y por ende, con una amputación:
 
·         Lesiones nerviosas (neuropatía)
·         Ulceraciones previas
·         Amputaciones previas
·         Enfermedades vasculares
·         Falta de movilidad de las articulaciones
·         Deformidades del pie
·         Calzado inadecuado
·         Retraso a la hora de acudir al médico
·         Mal control del azúcar en sangre
·         Falta de observancia del asesoramiento
·         Diabetes de larga duración
·         Caminar descalzo
·         Visión defectuosa
·         Aislamiento social
·         Falta de educación
·         Enfermedad renal (nefropatía)
·         Abuso de alcohol
·         Retraso a la hora de recibir tratamiento
 
No obstante, una vez que haya tenido lugar una amputación, es recomendable consultar a un equipo multidisciplinar formado por un diabetólogo, un cirujano, un especialista en rehabilitación, un enfermero, un educador y un podólogo. Este equipo debería tratar cada uno de los factores de riesgo identificados y definir las medidas apropiadas que deben adoptarse en respuesta a los mismos.
 
Algunos datos para tomar en cuenta
 
  • Del total de amputaciones que se realizan en el mundo, entre el 40 y el 70% están relacionadas con la diabetes. En las personas que padecen esta afección las lesiones nerviosas de origen diabético, la disminución de la movilidad debida a alteraciones del funcionamiento de las articulaciones del pie y el trastorno de los vasos sanguíneos que riegan las piernas y los pies (enfermedad vascular periférica) provocan ulceraciones.
 
  • Cuando el pie de un paciente se ulcera o cuando el riego sanguíneo se ve gravemente afectado, es posible que sea inevitable la amputación del pie, o incluso de la pierna. Las personas con diabetes que han sufrido una amputación, corren el riesgo de padecer úlceras en el futuro. Cuando hay ulceración recurrente, la lesión podría no curarse y tener como resultado más ulceraciones. No obstante, las amputaciones pueden prevenirse en un 49 y 85% de los casos.
 
Calzado
Cuando las personas están de pie y caminan, su peso corporal se concentra en la planta de los dos pies. Cuando existe una amputación, dicho peso se distribuye de manera diferente y se desarrollan áreas de mayor presión. La parte restante del pie o muñón todavía debe soportar este problema permanente. Es por esto que un calzado ideal, puede prevenir problemas recurrentes. De igual forma, es importante no volver a usar el calzado que causó la ulceración; existen diversos tipos de calzado que pueden ayudar a aliviar la presión.
 
Un buen calzado para evitar ulceraciones, debe tener las siguientes características:
 
  • Se debe escoger un calzado terapéutico para aliviar la presión y permitir que se cure la úlcera.
  • Usar calzado ortopédico hecho a la medida.
  • El zapato debe contar con el suficiente espacio para los dedos de los pies para proporcionar suficiente apoyo para el resto del pie. Puede ser necesario probar con varios zapatos distintos antes de encontrar una solución definitiva.
  • En los casos en que la amputación haya sido de la totalidad del pie, se puede contemplar la utilización de prótesis. Para esto, se debe tomar en cuenta una serie de consideraciones a la hora de adaptar la prótesis; la energía necesaria para caminar varía dependiendo de la altura de la amputación: en una amputación por encima de la rodilla, se necesita más energía que tras una amputación por debajo de la misma.
  • Cuando sea posible, es recomendable consultar a un especialista en rehabilitación antes de la amputación, el cual puede ofrecer información de las posibles prótesis y otros aspectos generales para vivir con una amputación. Después de la pérdida de parte de una extremidad, las personas necesitan volver a aprender a ponerse de pie y andar.
 
Cuidados en el otro pie
No se debe prestar atención únicamente al pie afectado, también hay que cuidar la otra extremidad. Y es que las personas que han sufrido una amputación, corren el riesgo de sufrir la amputación de la otra extremidad. Cuando se utiliza calzado ortopédico o prótesis y la movilidad es limitada, la presión sobre la planta del pie o sobre el pie no lesionado podría verse gravemente aumentada. Ante esta situación, es necesario crear un plan para vigilar la otra extremidad.
 
El autocuidado: la mejor manera de prevenir lesiones en los pies
Toda persona con diabetes debe aprender a cuidarse los pies como parte de su atención diabética. La educación sobre el cuidado del pie diabético no es exclusivamente de la incumbencia del paciente, sino también para los miembros de la familia y los profesionales de la salud. Se sabe que la educación es más eficaz si es interactiva e implica actividades prácticas y demostraciones. En general, la educación debe ser simple, relevante, consistente y repetirse con frecuencia.
 
El autocuidado debe convertirse en algo primordial en las personas con diabetes, ya que suele haber neuropatía y el dolor no se percibe bien, por lo que es necesario revisar los pies a diario para detectar alguna anormalidad. En caso de que el paciente sufra alguna discapacidad visual, puede pedir ayuda de sus familiares o profesionales de la salud, para que inspeccionen los pies con regularidad.
 
Por parte de los educadores en diabetes, es vital que sepan identificar, cuando sea posible, la causa de los problemas actuales o previos, y que ayuden a los pacientes a evitar problemas similares en el futuro.
 
Desgraciadamente, las amputaciones de extremidades inferiores son muy frecuentes entre las personas con diabetes. Una vez que una amputación ocurre, los cuidados deben intensificarse y de esta manera tratar de evitar, por medio de los factores de riesgo, otros problemas de esta magnitud. El calzado y la educación son las mejores herramientas de prevención.
 
Referencia informativa: Diabetes Voice, Federación Internacional de Diabetes, Sep., 2005, V. 50, #3, pp. 27-30; Walker, Rosemary y Rodgers, Jill, Diabetes, Guía práctica para el manejo de la salud, Diana, 2004, pp. 204-205; 101 tips para adaptarse a la diabetes, American Diabetes Association, Diana, 2003, pp. 78, 82, 86; www.podiatrists.org
 

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