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Tras una amputación de una extremidad inferior pueden surgir una serie de problemas que no solamente afectan al paciente con diabetes, sino también a toda la familia. De acuerdo con varios estudios sobre la calidad de vida de las personas con diabetes y su familia, después de una amputación, han demostrado que existe una disminución de la función física, emocional y social. Depresión La depresión suele ser común después de haber pasado por una amputación de una extremidad inferior a causa de una ulceración gangrenada. Y es que muchas personas viven con el miedo de que se repita la infección y que haya una discapacidad de por vida. Y sobre este tema, también se ha demostrado que las personas con diabetes que, como resultado de una depresión, no acuden a sus revisiones habituales, corren un mayor riesgo de sufrir complicaciones, por lo que el apoyo psicológico es muy importante en las personas que se hayan sometido a una amputación. Otro aspecto a tomar en cuenta, es que después de una amputación, el paciente suele necesitar calzado especial o prótesis. Estos accesorios hacen que la afección de la persona sea visible al público, a menudo causándole vergüenza, lo que influye negativamente sobre su calidad de vida. Una amputación también puede traer factores positivos Cuando se lleva a cabo una amputación, ésta se hace para acabar con un sufrimiento. La calidad de vida de las personas con diabetes puede mejorar cuando se cambia una ulceración crónica con infecciones recurrentes por un muñón bien curado. Bajo estas condiciones, el paciente puede volver a caminar si utiliza un calzado adaptado o una prótesis. Tras lo que suele ser un extenso período sin poder salir de casa o interactuar socialmente, los pacientes podrían tener ánimos de rehacer sus vidas sin la carga de una herida crónica y debilitadora. Factores de riesgo En personas con diabetes que han sufrido la amputación de un miembro inferior, es posible identificar una serie de factores de riesgo de problemas del pie en el futuro. La mayoría de dichos factores se pueden identificar por medio del historial médico o de un examen médico detallado. La incidencia de ulceraciones, y con ello la posible necesidad de amputación, van directamente relacionadas con el número de factores de riesgo presentes. A continuación se muestran los factores de riesgo asociados con futuros problemas del pie, y por ende, con una amputación: · Lesiones nerviosas (neuropatía) · Ulceraciones previas · Amputaciones previas · Enfermedades vasculares · Falta de movilidad de las articulaciones · Deformidades del pie · Calzado inadecuado · Retraso a la hora de acudir al médico · Mal control del azúcar en sangre · Falta de observancia del asesoramiento · Diabetes de larga duración · Caminar descalzo · Visión defectuosa · Aislamiento social · Falta de educación · Enfermedad renal (nefropatía) · Abuso de alcohol · Retraso a la hora de recibir tratamiento No obstante, una vez que haya tenido lugar una amputación, es recomendable consultar a un equipo multidisciplinar formado por un diabetólogo, un cirujano, un especialista en rehabilitación, un enfermero, un educador y un podólogo. Este equipo debería tratar cada uno de los factores de riesgo identificados y definir las medidas apropiadas que deben adoptarse en respuesta a los mismos. Algunos datos para tomar en cuenta
Calzado Cuando las personas están de pie y caminan, su peso corporal se concentra en la planta de los dos pies. Cuando existe una amputación, dicho peso se distribuye de manera diferente y se desarrollan áreas de mayor presión. La parte restante del pie o muñón todavía debe soportar este problema permanente. Es por esto que un calzado ideal, puede prevenir problemas recurrentes. De igual forma, es importante no volver a usar el calzado que causó la ulceración; existen diversos tipos de calzado que pueden ayudar a aliviar la presión. Un buen calzado para evitar ulceraciones, debe tener las siguientes características:
Cuidados en el otro pie No se debe prestar atención únicamente al pie afectado, también hay que cuidar la otra extremidad. Y es que las personas que han sufrido una amputación, corren el riesgo de sufrir la amputación de la otra extremidad. Cuando se utiliza calzado ortopédico o prótesis y la movilidad es limitada, la presión sobre la planta del pie o sobre el pie no lesionado podría verse gravemente aumentada. Ante esta situación, es necesario crear un plan para vigilar la otra extremidad. El autocuidado: la mejor manera de prevenir lesiones en los pies Toda persona con diabetes debe aprender a cuidarse los pies como parte de su atención diabética. La educación sobre el cuidado del pie diabético no es exclusivamente de la incumbencia del paciente, sino también para los miembros de la familia y los profesionales de la salud. Se sabe que la educación es más eficaz si es interactiva e implica actividades prácticas y demostraciones. En general, la educación debe ser simple, relevante, consistente y repetirse con frecuencia. El autocuidado debe convertirse en algo primordial en las personas con diabetes, ya que suele haber neuropatía y el dolor no se percibe bien, por lo que es necesario revisar los pies a diario para detectar alguna anormalidad. En caso de que el paciente sufra alguna discapacidad visual, puede pedir ayuda de sus familiares o profesionales de la salud, para que inspeccionen los pies con regularidad. Por parte de los educadores en diabetes, es vital que sepan identificar, cuando sea posible, la causa de los problemas actuales o previos, y que ayuden a los pacientes a evitar problemas similares en el futuro. Desgraciadamente, las amputaciones de extremidades inferiores son muy frecuentes entre las personas con diabetes. Una vez que una amputación ocurre, los cuidados deben intensificarse y de esta manera tratar de evitar, por medio de los factores de riesgo, otros problemas de esta magnitud. El calzado y la educación son las mejores herramientas de prevención. Referencia informativa: Diabetes Voice, Federación Internacional de Diabetes, Sep., 2005, V. 50, #3, pp. 27-30; Walker, Rosemary y Rodgers, Jill, Diabetes, Guía práctica para el manejo de la salud, Diana, 2004, pp. 204-205; 101 tips para adaptarse a la diabetes, American Diabetes Association, Diana, 2003, pp. 78, 82, 86; www.podiatrists.org |
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jueves, 17 de marzo de 2011
AFRONTAR LA VIDA DESPUES DE UNA AMPUTACION
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